miércoles, 21 de octubre de 2009

Paquete fiscal

Hace unos días la prensa publicó los primeros consensos económicos, salidos del la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, con respecto al paquete económico de 2010. Efectivamente, como todos lo preveíamos y contrario a lo que están haciendo todos los países del mundo, está atascado de aumentos a los impuestos para los pocos mexicanos que sí cumplen sus obligaciones fiscales. Los acuerdos fueron los siguientes: subir del 15 al 16% el IVA, de 28 a 30% el ISR (que supuestamente en dos años volverá al 28… pero a ver quien les cree ya que la tenencia sólo era para pagar los Juegos Olímpicos del 68 ¿no?), aumentar el 3% a las telecomunicaciones, 26% a la cerveza, 170% a los cigarros… bueno, en fin, una serie de aumentos que vienen a mermar el ya golpeado bolsillo de todos los mexicanos y, es justo decirlo, en especial el de la clase media.

En lo personal este paquete me genera sentimientos encontrados. Por un lado, me da satisfacción porque creo que el aumento a la cerveza y a los cigarros fue una decisión muy acertada por parte de los legisladores –mil veces preferible que se aumente a estos artículos que a la canasta básica- y, no sólo para recaudar más dinero, sino incluso como recurso para prevenir y combatir el problema de las adicciones en México (no para las chimeneas y los chupadores consuetudinarios actuales –los cuales van a seguir consumiendo estos artículos-, sino para que las nuevas generaciones lo piensen dos veces antes de gastarse todo su domingo en una cajetilla de cigarros). También estoy muy complacido de que, por las razones que sean, no se haya aprobado el impuesto “para la pobreza” ya que, desde mi perspectiva, únicamente iba a servir para joder más a los jodidos y para que Calderón se colgara la medalla de los miserables logros que se hubiesen obtenido de su implantación (a pesar de la postura de los empresarios y de Acción Nacional de que era la única manera de garantizar que todos pagáramos nuestros impuestos… ajá… que les cobren a todas las empresas grandes evasores si de verdad quieren equilibrar su balanza).

Sin embargo, como ya mencioné anteriormente, mi posición es dual ya que creo que, a pesar de sus aciertos, los aumentos del 16% y del 30% directamente van a pegar a los salarios de la ahora muy reducida clase media mexicana. Esto va a tener claras repercusiones políticas ya que, como recordamos, fue precisamente la clase media la que, aterrorizada ante la posibilidad de que un “naco” “populista” como Andrés Manuel los gobernara, se convirtió en la gran aliada que tuvo Calderón durante la elección del 2006.

Políticamente el ganón de toda esta situación es el PRI. El PRI quedó ante la población mexicana más pobre como el grupo que impidió que pasara la propuesta de gravar sus alimentos y sus medicinas con el 2% y ante la clase media mexicana como la fuerza política y el liderazgo y suficientes para llevar a cabo las negociaciones entre las posiciones encontradas (cabe destacar que nuevamente se subieron diputados del PT a intentar tomar la tribuna) dentro de los órganos legislativos del país. Y esto, evidentemente, acerca un paso más a Peña Nieto a la silla presidencial. Buenas noches y buena suerte.

1 comentario:

  1. si si muy bien lo del impuesto a los cigarros .. pero la cerveza ??? :S ... es demasiado ,, diable politica mexicana, ya no respetan nada !! jaja

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