sábado, 22 de mayo de 2010

Festival de Cannes


Para mí, sin lugar a dudas, Cannes es la meca del cine. Aunque muchos redactores y críticos (incluidos los del diario español El País) consideren al Óscar como el máximo reconocimiento cinematográfico que puede alcanzar un actor, un director o una cinta en el escenario internacional, la realidad es que este “codiciado” monigote dorado se otorga generalmente a personalidades locales (es decir, estadounidenses o británicas), con muy esporádicas participaciones de representantes de otras nacionalidades (o si lo hacen, es en cintas de producción anglosajona… algunas excepciones a esta regla: Sofía Loren por Dos Mujeres). Esto coloca al Óscar más en la categoría de premios como el Goya, los BAFTA o nuestros gloriosos Arieles, que en el nivel de Cannes. Cannes pertenece a otra categoría… a una mucho más internacional. A diferencia de en las premiaciones les mencioné anteriormente, en Cannes no existe una categoría de “Mejor Película Extranjera”. Todas compiten por igual. A su selección llegan cintas de todos los confines del planeta. En los últimos veinte años películas belgas, iraníes, japonesas, chinas e italianas han tenido el privilegio de llevarse el máximo galardón de la contienda, es decir, la famosa Palma de Oro…



A pesar de ello, la realidad es que Cannes tampoco es el “paradigma” de la internacionalidad. El peso que tiene el cine europeo y estadounidense en la contienda es innegable y prueba de ello es el “internacional” Jurado de este año. Nuestro querido y venerado Tim Burton es el presidente (estadounidense, obivamente) y los miembros son: Alberto Barrera (italiano, Director del Museo Nacional del Cine), Kate Beckinsale (estadounidense, actriz de churros como Pearl Harbor e Inframundo), Emmanuel Carrere, (francés, escritor), Benicio del Toro (estadounidense, actor bastante cumplidor), Alexandre Desplat (francés, compositor), Víctor Erice (español, director), Shekahr Kapur (hindú, aunque buena parte de su reconocimiento es por el trabajo que ha realizado en Occidente, incluyendo la saga de Elizabeth) y Giovanna Mezzogiorno (italiana, actriz). Como vemos un Jurado así lo que se dice internacional, no lo es. En las cintas que participan en la Selección Oficial ocurre un fenómeno similar. La mayoría son occidentales o de los países desarrollados del este de Asia (Corea del Sur, Japón, China) y regiones enteras como África, el sudeste asiático, América Latina y Medio Oriente quedan excluidas de la selección oficial de donde se saca a la película ganadora (este año únicamente hay tres coproducciones de europeos con países de estas regiones: con Tailandia, México y Chad).



Si vemos las estadísticas de las cintas que han ganado la Palma de Oro vemos que esta tendencia prevalece. De las tres Palmas que ha obtenido América Latina una se le otorgó en un año en que hubo ¡¡11 galardonadas!! (María Candelaria de Emilio Fernández, orgullosa representante de nuestro país), la otra fue un coproducción mexico-española (Viridiana en 1961 dirigida por Buñuel que lo único que tenía de mexicana era que la había producido Gustavo Alatriste y protagonizado Silvia Pinal… la realidad es que a lo sensores de la época de Franco les había parecido muy subversiva y no habían permitido que representase a España por lo que, en aras de que se mantuviera en la contienda, se decidió colocar en los créditos que la coproducción era mexicana… la realidad es que la cinta es más española que García Lorca) y la tercera fue una brasileña en 1962. Únicamente una cinta africana (de Argelia), una iraní, una turca, una china y una hindú (el año de los 11 premios) han sido premiadas con el “máximo” galardón que otorga el Jurado “internacional” del Festival de Cannes (si se han entregado más ochenta Palmas de Oro juzguen ustedes mismos que tan “internacional” es el evento). Las otras cintas que han obtenido este reconocimiento evidentemente son europeas y estadounidenses y, en mucho menor grado, japonesas.



A pesar de esto, debo reconocer que disfruto mucho la contienda en Cannes. Sé que no es lo equitativa que debería ser y que finalmente siempre hay intereses políticos detrás que muchas veces merman el desarrollo de la competencia (el triunfo de Michael Moore por Farenheit 9/11 en el 2004 me pareció un verdadero chiste y más una crítica hacia la política de Bush que un reconocimiento a la calidad de la cinta), sin embargo, me encanta ver a hindús, chinos, iraníes, coreanos, mexicanos e italianos disfrutando de películas diferentes, muchos menos convencionales de lo que generalmente las conservadoras contiendas estadounidenses tienden a premiar (que Julia Roberts haya ganado el Óscar en 2001 en una terna donde ni siquiera estuvo la gloriosa actuación de Björk en Bailando en la Oscuridad demuestra la rigidez de la Academia estadounidense y la poca fiabilidad que existe para considerar a una cinta ganadora del Óscar como la “Mejor del Año”). Además, la realidad es que Cannes está repleto de glamour y, honestamente, eso a todos los simples mortales nos encanta… Mantenemos los dedos cruzados por Iñarritu y Biutiful (por lo pronto, ya se anunció que Bardem recibió el premio al Mejor actor en la contienda)…. Buenas noches y buena suerte.

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