viernes, 16 de abril de 2010

Aborto


En un mundo ideal no habría abortos. En un mundo ideal no habría asesinatos, ni robos, ni fraudes, ni corrupción, ni violencia intrafamiliar. La realidad es otra. La realidad es que todos los días cientos de personas en nuestro país son asesinadas, secuestradas, asaltadas o violentadas de múltiples maneras. Y la legislación hace algo al respecto. Responde a las innegables realidades de un mundo imperfecto para que, dentro de una sociedad, prevalezcan los índices mínimos de tranquilidad y armonía. El caso del aborto no es diferente. Es un fenómeno real que afecta a miles y miles de mujeres a lo largo del país. Sin embargo, a diferencia de en los casos anteriormente mencionados, sustentándose en argumentos “religiosos” y “morales” de poderosos grupos conservadores, la legislación no responde para proteger a las mujeres que han decidido, por los motivos o razones que sean, realizarse un aborto.


Como ya les mencioné el aborto es una realidad innegable que el Estado mexicano no puede ni debe ignorar. Las razones para hacérselo son múltiples y variables, sin embargo, considero que ni yo, ni nadie, estamos justificados para decir cuándo o por qué es válido o no realizarse un procedimiento de esta naturaleza. Es una decisión que, contrario a lo que creen organizaciones fanáticas y ultraconservadoras como Pro Vida, es tomada personalmente por la mujer después de haber hecho un riguroso escrutinio de sus posibilidades y de sus facultades reales para criar adecuadamente a un hijo en este mundo. Ninguna mujer aborta de manera gustosa. Es una decisión difícil que debe ser respetada por el resto de la sociedad y defendida por la legislación y el Estado mexicano. Pero la realidad no es así. Anualmente decenas de miles de mujeres a lo largo del país arriesgan su vida en insalubres lugares clandestinos debido a que su Estado, el que supuestamente las debería de proteger y garantizarles las condiciones mínimas de seguridad, está dominado por élites medievales que prefieren anteponer sus preceptos morales a la salud y bienestar de sus habitantes.


Las estadísticas de este fenómeno no son menores. En el año 2008 académicas del Colegio de México, del Instituto Guttmacher, del Population Council México y del Instituto de Salud Pública dieron a conocer datos que son verdaderamente escalofriantes. En 2006 se estima que hubo 875 000 casos de abortos inducidos en el país de los cuales 150 000 tuvieron que recibir tratamientos por complicaciones. Esto quiere decir que una de cada 5.8 mujeres que se realizaron uno de estos procedimientos terminó con problemas que, posteriormente, la obligaron a asistir al hospital. Espantoso, realmente espantoso.


En teoría yo pensaría que si los legisladores y las organizaciones anti-aborto tienen una moral taannn desarrollada, este tipo de cifras deberían moverles, aunque sea un poco, su conciencia. No obstante, al parecer esto no es así. Hoy en día sólo en el Distrito Federal se encuentra despenalizado el aborto y sólo en Yucatán es legal hacerlo argumentando motivos socioeconómicos. La tendencia conservadora anti aborto sigue prevaleciendo en prácticamente todo el país. En 18 estados el aborto está penalizado. El día de ayer en Quintana Roo a una niña de 11 años, violada por su padrastro, se le negó el derecho a abortar ya que la legislación estatal dice que, en caso de violación, sólo se le puede realizar antes de las 12 semanas de gestación y ella tiene 17. No hay impedimentos médicos para hacerlo (hasta la OMS reconoce que hasta antes de 24 semanas se puede realizar el aborto sin peligro), sólo la rigurosa legislación estatal. Por lo tanto, muy probablemente esta niña se convierta en madre a la tierna edad 11 años. Su otra opción es realizarse un aborto clandestino, poner en riesgo su vida y salud y probablemente, como muchas otras mujeres en el país, terminar en la cárcel… Felicidades Estado mexicano eso se llama proteger a tus habitantes… Buenas noches y buena suerte…

1 comentario:

  1. A mi me enchilan las contradicciones de algunos conservadores. No entiendo a quienes están contra el uso del condón y, al mismo tiempo, contra el derecho de abortar. Menos entiendo a los que se apasionan y buscan adoctrinar a congregaciones enteras contra esto y el matrimonio gay mientras esconden historias de abuso sexual contra menores. Beats me.

    ResponderEliminar