Glee

Debo reconocer que soy un ferviente seguidor de las series de televisión gringas. Durante mis años de pubertad me chuté las 10 temporadas de Beverly Hills 90210 y otras tantas de Ally McBeal, Buffy la cazavampiros, Dharma y Greg, Roswell, ER, Ángel, Get Real y Boston Public. Ya más grandecito (como de 14 jajaja) me hice fan de Lost, Grey’s Anatomy y Esposas Desesperadas. Después, alrededor de los 16 años, tuve una etapa “oscura” en la que sólo veía reality shows… jajaja sí ya lo sé, terrible…. pero, honestamente, quien esté libre de pecado, que me arroje la primera piedra. En últimas fechas la única serie que verdaderamente me ha llamado la atención es Brothers and Sisters y, desafortunadamente, por cuestiones de tiempo, no he tenido oportunidad de ver más que su primera temporada.

Por lo que, después de largo tiempo que una serie no me obsesionaba verdaderamente (creo que desde la primera temporada de Lost), llegó Glee. Glee es la historia de un grupo musical de preparatorianos, liderados por un soñador y joven profesor de español. A primera vista podría parecer la típica trama de los superficiales dilemas de una serie de adolescentes clasemedieros estadounidenses (de las que nos han atiborrados hasta el cansancio… sólo por mencionar algunas Sabrina, My so-called life, Dawson’s Creek, Smallville, Party of Five, Heroes… o The OC, Clueless, The Hills y Beverly Hills las cuales tratarían más los “problemas” de los chamaquillos riquillos gringos), sin embargo, Glee es muchos más que eso. Es una historia excelentemente bien llevada, con actores verdaderamente talentosos y con espectaculares números musicales. Tienen un envidiable repertorio de canciones (se incluye desde John Lennon hasta Kelly Clarkson, pasando por Bon Jovi y musicales como Wicked) e incluso alguien ignorante en el aspecto musical como yo, puede identificar el enorme trabajo que hay detrás de cada uno de sus arreglos.

Como ya loes mencioné, los actores son fantásticos. Los jóvenes del coro son verdaderos artistas. Cantan, bailan y actúan de una manera impresionante. Los personajes de apoyo, como la esposa del profesor, la psicóloga excéntrica o la entrenadora de las porristas, son verdaderamente memorables. La serie tiene un ritmo impresionante y el guión, a pesar de no ser nada del otro mundo, tiene la capacidad de equilibrar buenas historias con espectaculares números musicales. Un gran reto nada sencillo ya que la serie corría el gran riesgo de convertirse en un gran espectáculo visual, sin absolutamente nada de contenido (algo como lo que le pasa a High School Musical). Afortunadamente, Glee da un gran show y tiene un buen contenido.

Glee ha sido un gran éxito en los Estados Unidos y a nivel mundial. Se lo merece. Se ve, en cada capítulo, que toda la producción se parte el lomo para sacarla adelante. Adicionalmente, mediáticamente es brillante, ya que alcanza a diferentes sectores de la población al no limitar sus números musicales a canciones actuales y al tocar problemáticas serias con una naturalidad y frescura que impide que se ofendan los sectores más bipolares y doblemoralinos de la sociedad estadounidense. Indudablemente Glee, detrás de su superficial “brillo” inicial, es una serie muy inteligente. Cuando los gringos hacen estupideces hay que decirlo, pero en ocasiones, se debe reconocer la calidad, la pasión y el arduo trabajo con el que realizan ciertas cosas. Y Glee es una de estas ciertas cosas. Si no me creen, júzguenlo por ustedes mismos. Buenas noches y buena suerte…